Tras una jornada un poco larga, por fin estoy situadísimo en
Copenhague. Bueno, hasta mañana que me vaya a Odense. Lo difícil no ha sido
despedirse o incluso aguantar el vuelo, lo difícil ha sido arrastrar las tres
maletas por las cercanías de Ørestad, zona cercana al aeropuerto y
donde descansa mi hotel. Qué asfalto, qué suelo y qué jodido peso.
Es curioso cómo es el mundo de la prensa en Dinamarca. El
sensacionalismo les puede y es que el periódico que más he visto leerse y de
los pocos que se ofrecían antes de entrar en el avión era BT. En este diario
todo es excusa para hacer de algo una tragedia, una chanza o un problema a
nivel mundial. El vuelo se ha desarrollado sin más incidentes que el
protagonizado cuando, al abrir un pequeño brick de leche (de esos minúsculos
monodosis) para mi café, parte del contenido ha saltado al señor que tenía al
lado. Por suerte se encontraba dormido pero en cuanto ha despertado y se ha
encontrado con que tenía gotas de leche por la ropa y el asiento ha debido de
suponer que había sido yo. En fin, qué se le va hacer.
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Para atestiguar la fecha, como hacen los famosos, con el periódico del día. En este caso el diario sensacionalista BT (uno de los más leídos en Dinamarca) |
En el vuelo había gente de todos los países y con distintos
destinos. Al parecer, paraba primero en Copenhague, después en Oslo, a
continuación en Estocolmo y finalmente en Helsinki. ¡Qué jaleo! Y por supuesto había
gentiles jubilados noruegos, suecos de voz cantarina, daneses con niños
(jodidos niños, no me gustan), familias de Latinoamérica, españoles por el
mundo, gente americana. Eso era Babel.
Tras aterrizar he buscado el tren que me llevaría a Ørestad.
Sólo a dos paradas del aeropuerto, sin embargo, he perdido casi una hora
buscándolo y es que no es fácil orientarse. No obstante, una familia danesa al
verme perdido me ha dicho “tenemos que coger el mismo tren” y me han acompañado
hasta el vagón.
No hubo problema hasta que tuve que mover las maletas. Casi
perezco por las calles de Copenhague. Una vez en el hotel, me he pasado por el
centro comercial que mencioné en el anterior post. Me he comprado un par de
cosas como toalla, móvil y tarjeta SIM. Y después he cenado en el Burger King
como si fuera un gordo y me he percatado de que las bandejas en las que te
sirven el menú son más pequeñas pero que hay más patatas, aunque de eso no
estoy del todo seguro.
Qué bien que ya estés instalado! Sigue contando por aquí... yo también temo el momento arrastrar mi peso en 2-3 maletas por todo un aeropuerto. También esos cielos plomizos que veo por las fotos, jaja!
ReplyDeletejajaja Bueno, yo el miércoles tengo que moverla otra vez para irme a Roskilde. Bueno, esta vez será menos, que ya le he cogido el truco jaja
ReplyDeletePero lo del tiempo es una locura. Cambia de un momento a otro xD