Saturday, August 11, 2012

Y de repente Odense.

Si me pidieran describir Odense en una sola palabra, diría poco práctica. Bueno, eso son dos pero, como “impráctica” no existe, habrá que conformarse con ello. El transporte público además de ser caro tiene un recorrido que se centra en líneas que van únicamente a la estación central y desde allí se reparten al resto de la ciudad. En vez de cubrir diferentes partes de la ciudad en función de las necesidades, todas las líneas de autobús parten de la estación central. En mi caso, si quiero ir a IKEA, y quiero, tengo que hacer un transbordo en la dichosa estación. No pasaría nada si fuera porque cada viaje cuesta 22 kr., que al cambio es como 2’5 euros. Conclusión entonces de mi fallida excursión a IKEA, pues estaba cerrado al ser domingo y ser más de las seis (¿no conocen los horarios convenientes de fin de semana?), 88 kr. por ida y vuelta.

Por otro lado, gracias a mis amigos de aquí estoy disfrutando de la verdadera Odense y no de esa que hay para los turistas. La vida de la gente joven y no la del estudiante de un curso intensivo de lengua danesa. Bueno, y no me hagáis hablar del curso porque tengo una lengua que enseguida la saco a pasear y lo pondría color perejil. Pero recordad, nunca cojáis un EILC si en esa escuela/universidad es el primer año que lo organizan. Puede resultar que te digan “no sabía que era un curso intensivo”.

Den Fynske Landsby - Cómo era la vida en el siglo XIX en Fionia. Muy popular por aquí,

Desventuras, de eso está hecho mi camino. Y digo esto porque el otro día fuimos de excursión. Aquí todo guarda cierto aire siniestro de idealidad hasta que te das cuenta de que no lo es si no llevas el calzado adecuado. Y es que tengo unas zapatillas de Levi’s que además de ser unas canvas azules estupendas, también son incomodísimas hasta el punto de convertirte en mesías con nuevos estigmas en los talones y en algunos dedos. Se puede aguantar si piensas que tu excursión será tranquila, sin absurdas vueltas a ningún sitio y sin subir y bajar colinas, que deben de ser de los puntos más altos de este plano país. Pero con mis zapatillas y mis pies sangrantes conseguí subirlas. A pesar de que parecía un travesti perdido en el bosque.

La noche de Odense, o yo no la conozco muy bien o es simplemente básica comparada con la del resto de países. Sí, lo sé. Nunca será como la de España grosso modo, mucho menos como la de Madrid, pero he salido de fiesta por otras latitudes de Europa y nunca he tenido problemas para encontrar algún bar o club con cierto estilo y no algo como un bar australiano. ¿Acaso soy Cocodrilo Dundee? Bueno, al menos de 11 a 12 de la noche la cerveza es gratis. Ahí está el problema. ¿Quién sale a las 11? Acostúmbrate, querido Serge, no vas a tener la fiesta de España pero también aclaro que no soy Pocholo.

Supongo que esto será suficiente para que mis amigos sepan que estoy vivo.

1 comment:

  1. ¡Que alegría me da leerte, espero que a partir de ahora sea más a menudo! ¡Te queremos!

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