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Friday, February 8, 2013

Why I love and hate Fakta at the same time: A sociological study of Danish society through analysis of supermarkets


I always thought that there’s nothing more representative of the culture of a country than its supermarkets. Well, maybe it’s not the most representative but it’s still good enough. And among all the supermarkets in Denmark (which most of them are under the same company), there is one on concrete. We could define it by its appearance, by its prices or even by the quality but that would be easy. Let’s name it: Fakta.

Faktas forsiden: www.fakta.dk
What we like: Atmosphere. Fast, kitsch and from the neighborhood. No time to talk, no compromise. Just get your products and go back to the ghetto, or the kollegium in case you live there. But that’s good because when one of the cashiers tried starting a conversation with you all your life seems to be fulfilled.

What we don’t like: Awkward range of products. If you suffer of alcoholism today is your lucky day, unless you don’t drink wine. So, I must say you’d better be a classy alcoholic because Fakta counts with a big corridor of this reddish gold. From South Africa to Spain, including cherry wine (is that wine?). But Fakta runs out of pasta, tuna or everything else.

What we like: Varieté. Visiting once a week is an adventure. You never know what to expect. Today may be protein whey powder, tomorrow a sewing-machine and the next day a costume-set. There so kitsch small treasures that when you see them you understand the Stendhal’s syndrome. Sometimes clothes. I don’t need them at all but I need all of them at the same time.

What we don’t like: Varieté II. Yes, it’s funny to have all these small things which increase your frivolous shopping mind but it’s not that good when the product you’re looking for, and you saw yesterday, today it’s not in Fakta anymore. Mouthwash which comes and easy goes, rubber gloves seeming to vanish or no rice when last week there were plenty. As Larra said once, “come back tomorrow”.

What we like: Child-friendly. I’m not a child anymore but I still envy when I see those infants pulling a small trolley with a Fakta flag on the top. Don’t misunderstand me, I don’t like children, actually I hate them, but I think all the supermarkets must have these kind of entertainment things. I would use them if society wasn’t so conservative.

What we don’t like:  PAN system. I know, it’s something common to most of the supermarkets in Denmark. But I still can’t pass around without smell a mix of wine and beer. I want to do my grocery shopping in a store, not in a highway bar taken from a cheap film. Now I understand Denmark has a problem of alcoholism. Kids accompanying their parents to buy sniff that since their childhood.

From a sociological point of view, a research about population’s tastes, lifestyles and consume can be taken in a supermarket. Read this before coming to Denmark.

PS. Be careful with the expiring date. Sometimes out of date.
PS2. Pay attention to two words that can save your life or at least your shopping: Bazar and tilbud.

Monday, January 28, 2013

Odense y su catálogo de peripecias

Recién vuelto de Odense, no puedo decir otro fin de semana en Odense. No es otro. Es uno nuevo. Siempre algo distinto cada vez que voy. No existe una rutina porque encuentro miles de cosas que hacer y, gracias a los cielos, no es solo turismo. Cuando estás en una ciudad los primeros días son turismo, los siguientes cosas más habituales, a continuación fiesta y finalmente la vida diaria. Así es como uno vive los lugares que visita. Haciendo de la rutina de otros algo nuevo.

No, todavía no he perdido la cabeza y ni padezco algún tipo de demencia. Odense es más que Andersen y su hermoso teatrillo al lado de la casa. He estado investigando con células y proteinas en un laboratorio, he estado a la hora de cierre de Tommy Hilfiger, he ayudado en una pizzería.

He descubierto una parte de Dinamarca que no conocía. Con mi altiva mirada observaba la fiesta danesa. Vale, yo vengo de Madrid y soy una generación consecuencia de valores desarrollados tras La Movida y la sensación es diferente cuando eres un estudiante de intercambio en tu burbuja internacional. Así todo es más light. Es bajo en calorías de fiesta. Se necesita un nativo al que no le importe que seas estudiante. Se necesitan amigos daneses que te muestren la verdad. Y lo cierto es que puedes quedarte hasta las 7 am celebrando un sábado. Pensaba que era algo de la calle Huertas de Madrid, de Malasaña o de Tribunal. Sin embargo, el tono de la fiesta todavía sigue siendo un poco distinto.

Ahora, atención al dato, lo que más me sorprende es algo tan normal y corriente, incluso insulso para un español, como es la bolera. Me dijeron "vamos a la bolera a las 11". Pensé que era un poco tarde para un plan así. También pensé que la bolera la dejé atrás cuando yo superé la preadolescencia. Pero no, es un lugar bastante variopinto. Música a todo volumen, luces de discoteca, copas y un ambiente festivo. Nada que ver con lo que estoy acostumbrado a ver. Yo sólo recuerdo a las entrenadas señoras mayores de mi barrio derribar bolos con movimientos aprendidos durantes años de experiencia, a niños que empiezan a salir y los cumpleaños celebrados en la bolera con perritos calientes y hamburguesas. Curiosa forma la de Dinamarca de reconvertir el concepto ocio sano en algo aún más lúdico.

Y es que los daneses, hacen del deporte y del ocio indoor algo más festivo y loco.

Sunday, July 15, 2012

Frente a las guías de viaje...


Empezar un post con una disculpa por la tardanza es casi tan absurdo como rotular una noticia pidiendo perdón por no haber sido el primero en publicarla y como detesto los absurdos, si no van acompañados de diversión, continuaré como si no hubiera pasado nada.

La verdad es que conozco a poca gente que antes de comenzar un viaje a tierra foránea compre una de esas fastidiosas guías. Las encuentro impersonales, poco originales y de turismo exprés. Existe el principio establecido de que para embarcarse en una aventura en un país nuevo y diferente uno debe estudiarse la cultura, la gastronomía y el ocio del lugar de destino. Sin embargo encuentro más gratificante buscar estas nimiedades en Internet y adentrarme en el verdadero lifestyle nórdico, y no, no me he ido a IKEA para inspirarme entre tapas de váter Örensund y mesitas de noche Rast. Me refiero a buscar información entre buena bibliografía saliéndome de las editoriales de viaje.

En este sentido existe poca información –buena-  acerca de los países nórdicos y la más visible es infantil, plana y carente de relevancia. En la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense existe un grupo de investigación llamado Cultura y Modelo Nórdico para la Sociedad de la Información, cuyos integrantes –al menos parte de ellos- me son conocidos. He tenido el placer de disfrutar de la lectura de su libro Industrias culturales. El modelo nórdico como referencia para España. En él se hace un repaso por el mundo de la Sociedad de la Información, de las TICs y de los derechos de autor en los países nórdicos. Tal vez he echado en falta un poco más de foco en Islandia y Finlandia. Por su parte Dinamarca, Noruega y Suecia quedan bastante bien representados por Eva Liébana Macho, Kirsti Baggethun y Javier Maestro Bäcksbacka respectivamente. Estos tres últimos son grandes personalidades de la cultura nórdica en España.



Puede que el libro se extienda demasiado en datos concretos o en las leyes de derechos de autor pero encarna una gran fuente de información para los interesados en la Sociedad de la Información, en los países nórdicos o en las dos cosas en conjunto. ¿Te sirve como guía de viajes? Definitivamente no. ¿Te aporta una versión más cercana a la realidad y menos idealizada de los países del norte de Europa? Sí, así como las diferencias palpables entre ellos. Que si sus lenguas, salvo el caso de Finlandia y en menor grado de Islandia, son altamente similares, su cultura y carácter varía mucho.

Conclusión: Tómate un respiro con Wikipedia, TripAdvisor y otras fuentes de datos que, no desdeñables, sí suponen un aporte light y demasiado blanco de la realidad danesa, noruega, sueca, finesa e islandesa y de vez en cuando opta por algo un poco más profundo. No está de más tampoco acercarse a la literatura de estos países donde, sobre todo en poesía, se aprende mucho de la forma de vida de cada lugar.


PS. Os adjunto la web del grupo de investigación Cultura y Modelo Nórdico para la Sociedad de la Información http://www.modelonordico.com